Así es…
y que tendría que estar todo el tiempo justificando lo que me pasa…
dejándo de hacer lo que quiero hacer o necesito hacer como trabajar, correr con mis hijos en el parque bajo el sol…
con miedo, incertidumbre…
pero tampoco sabía que iba aprender lo que es abandonarme en los brazos de Dios, confiar en él y saber que la enfermedad no tiene la última palabra,
que soy mucho más fuerte de lo que pensaba y de que ciertamente, no estoy sola.
#VivirConLupusBlog