Gracias a todos los que han estado presentes, apoyándome, escuchándome y luchando conmigo. Especialmente a Jesús mi esposo: por tu paciencia, amor, comprensión, apoyo, por darme terapias de escucha, aliento, abrazos; por tu paciencia ante mi llanto, por organizar nuestra vida y la de nuestros hijos cuando no podía ni siquiera levantarme de la cama, por recordarme tomar los medicamentos, por aguantar un refri con comida rara jeje, por motivarme a luchar y nunca rendirme. Eres el mejor hombre que conozco. Te amo.
Gracias a ti
