Esta semana he tenido a mi chiquito enfermo, ha sido una semana pesada. Al mismo tiempo, todos los pendientes de la casa, mi trabajo… Corté dos días al cien por ciento las distracciones para atenderlo mejor cuando más malito estaba.
Pero me encuentro en un día como hoy, con toda la semana no trabajada encima, en un día libre para la escuela con mi otra nena en casa. Total que no sale bien nada y la verdad es que pues no pasa nada. Las cosas se ponen en su lugar. Pero de todas maneras hay que hacer lo que a cada uno nos toca.
Ni atiendo bien a mis nenes, ni saco la chamba. Pff… ¿Por qué las mujeres somos así, por qué nos encanta voltear a ver todo lo que hacemos y solo ver nuestras fallas? ¿qué nos pasa? me sorprendo a mí misma cuando tengo estos pensamientos. Yo que siempre me he calificado a mí misma como una optimista. Pero es que la casa esta de cabeza… Lo bueno que tengo la cocina, no hay mejor terapia que preparar algo a los niños y verles sus caritas sonrientes mientras comen. De hecho creo que eso es lo más que he hecho por ellos el día de hoy, hacerles de comer, por que el altero de pendientes del trabajo está ya bien pesado y por más que los saque parece que no se mueve.
Con la mejoría que ha presentado, mi nene por lo menos está hoy jugando con su hermanita. Es tan lindo ver cómo se van descubriendo entre ellos. De verdad que son la inspiración más grande. A darle! No sé como le voy a hacer hoy pero si no me subo a la elíptica o hago mi yoga creo que mi hulk va a revelarse más tarde.
Regreso al trabajo.