Encuentro especialmente difíciles los fines de semana.

A diferencia del resto de la semana en la que sigo prácticamente al pie de la letra mi menú semanal, tengo muy poco control de los alimentos sábado y domingo ya que prácticamente no como en casa.

Entre semana la planeación del menú, el abstenerme de comprar alimentos dañiños o prohibidos me ha funcionado bien. Muy bien. De hecho creo que este cambio ha incidido positivamente para todos.

Hoy me porté mal. Me da risa, porque de hecho un gran amigo me dijo en la comida de hoy que me iba a arrepentir y que iba terminar escribiendo mi fracaso. ¿Será de algún modo positivo describir mis luchas? es decir, cuando pienso en que comparto mis errores me vuelvo vulnerable, expongo mis fracasos, pero a la vez es verdad que esta soy yo: alguien que lucha y tiene que recrificar. Pero quiero hacerlo mejor!

Pero lo que es un hecho es que hay una constante en los fines de semana. Será que tengo que «recluirme» en casa…-me vuelvo loca…- o mejor llevar mi lunch a todos lados… puede ser o parecer poco práctico pero hasta ahora no veo otra solución.

Si es que alguien lee esto, agradezco cualquier tip que pudieran regalarme. ¿cómo manejan el seguimiento del protocolo cuando llega el fin de semana? Quizá si como en casa y luego me voy al compromiso funcione…

En fin. Mañana como en casa y voy a la compra, lo que da para rectificar.

Buenas noches al loco o loca que me lee a esta hora de la madrugada. Es fascinante pensar que habemos varios «locos» que padecemos del mal del insomnio: voluntario o involuntario… pero aquí estamos, haciéndonos compañía en la distancia.

Hasta mañana.